Alan García piensa que es infalible y considera que admitir que se ha equivocado es algo que un presidente no puede hacer. Sin embargo, lo que dijo ayer ante la prensa sobre el tema Pandolfi, al que calificó como un "grave error político", podría considerarse una pseuda-reconocida, aunque al final el crucificado termina siendo el premier Del Castillo.
Pero, fiel a su estilo, declaró que el error fue subsanado "apenas" fue detectado. Lamentablemente, el problema no es ese: Alberto Pandolfi ya trabajaba representando al Perú desde hace cinco meses. Y eso sigue estando mal, ya que sobre el pesa una sanción que lo inhabilita por 10 años de ejercer - sea ad honórem o no - cualquier cargo público.
Si bien García declaró que todos los funcionarios del Estado pasan por un "minucioso" - jah - proceso de evaluación y se estudian sus antecedentes, rápidamente sacó su equino ser al decir que quizá fue un error del Congreso.
En vista de ello, Mercedes Cabanillas ha manifestado que en el Pleno se veran las posibles iniciativas parlamentarias sobre este espinoso tema.
Ahora, falta nomás, que Carlos Raffo salga defendiendo lo indefendible.
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