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martes, octubre 31, 2006

Halloween para Dummies





Hoy si me he levantado empinchado. La razón es algo muy simple: hoy se viene a la mente aquella frase dicha por un insulso hijo-de-la-grandísima-puta que dijo que el Día de la Canción Criolla debería cambiarse a otra fecha porque el HALLOWEEN es una fiesta mundial.

¡¡¡¡¿¿QUE COOOOOOOSAAA??!!!!

¡¿En qué pinche mundo esta persona vive?!

Osea, este jijuna que dijo que cambiésemos la fecha del día de la canción criolla piensa que porque todo el mundo lo celebra en esta fecha nosotros también. ¿Y si todo el mundo se tira a su vieja, también lo vas a hacer tu? ¡Entonces pe’, papacito! ¡No seas borrego!

No es que sea nacionalista tipo Ollanta Humala, pero, en verdad, hay que ser bien idiota para celebrar una fiesta que es completamente ajena a nosotros.

Veo que en muchas discotecas están promocionando las fiestas de Halloween. Se venden disfraces más que en otras fechas, porque esta maquinaria publicitaria que atenta contra el desarrollo moral de los niños les hace creer que eso es lo bueno.

¿No me entienden? Se los explico.

Pongan un millón de niños peruanos en frente a una pantalla de televisión. Luego, bombardéenlos con toneladas de series animadas en las que se festeja el Halloween, producidas, obviamente, en Estados Unidos. Manténgalos ahí por algunas horas... o quizá días. Sáquenlos a la calle el 31 de octubre. ¿Qué es lo que van a querer?

Incluso hasta mi perro lo puede identificar.

Si bien es una tradición estadounidense, ¿por qué carajo se tiene que celebrar acá? ¿Acaso aquí se mataron brujas y se persiguieron niños?

Escucho a mis vasófilos gritar : ¡NO!

Entonces... ¿qué celebramos?

¡UNA FIESTA CAPITALISTA, PUES GILIPOLLAS!

Este día no debería llamarse Halloween, sino el día de Alicorp, Adams o Ambrosoli. También los odontólogos deberían estar ahora frotándose las manos y con los ojitos con signos de dólares. K-Ching K-Ching.

Yo estoy abiertamente en contra de la celebración de esta fiesta estadounidense. Simplemente porque no es nuestra. Es parte de esta campaña de homogenización de la cultura para tener una mejor dominación de las reacciones de las personas.

¿Qué cosa? ¡Este huevón habla huevadas!

Pues, mi querido vasófilo, no quiero alarmarte, pero los medios de comunicación son así. Yo soy comunicador. Soy periodista. Y sé como dominar tu pensamiento. Yo puedo hacer que tú pienses lo que yo quiero que pienses.

Te pongo otro ejemplo más sencillo: ¿Le creíste a Alan García con nuevo bebito? ¿Acaso nadie te dijo que tiene más de 18 años con la Cheesman y que el regreso de doña Pili es sólo por la campaña?

¡Ajá! Mientras tu celebrabas la supuesta honestidad de nuestro inefable “Caballo Loco”, el se cagaba de la risa porque toditos se habían comido el cuentazo.

Pues bien. La gran campaña de Halloween es lo mismo. Es un intento de la homogenización de pensamiento que atrae este proceso de globalización que estamos viviendo y que nadie está combatiendo.

Recuerden bien: nadie es bueno de gratis. ¡Nadie! Incluidas nuestras viejitas, que nos dan de comer porque están obligadas por ley y por normas sociales aprendidas.

(Ok. Esto es un poco hardcore. No es que sea anarquista, pero soy creyente de que la mente humana es un lienzo en el que la sociedad – o zoociedad – pinta todas sus normas para que no jodamos al sistema)

Ahora bien. Halloween es una de las mayores expresiones sobre este intento capitalista publicitario de manejar los sentimientos de la gente para que adquieran productos.

¿Y qué de la Canción Criolla?

Muchos me dirán que es lo mismo. Pero… ¿la canción criolla mueve alguna empresa? ¿Hay conciertos tipo Shakira en los que se presentan Lucha Reyes y Bartola?

No me digan Eva Ayllón, porque ella ya es una vendida al sistema.

El Día de la Canción Criolla promueve el sentimiento de lo nuestro. Habla sobre nuestro país y nuestras costumbres. ES NUESTRA, no como la cojudez de la calabaza.

Este 31 de octubre es nuestro día en el que celebramos nuestra canción. Aquella que habla sobre la flor de la canela, el plebeyo y todos aquellos íconos de nuestra cultura.

Por eso, ese millón de niños que están siendo bombardeados por esta maquinaria publicitaria crecerán sin querer lo nuestro, generando un éxodo hacia esa tierra donde reinan las 50 estrellas para limpiarse el culo y sufrirán, porque no será como ellos pensaron. Encontrarán racismo, xenofobia, pobreza y sin identidad, porque su país ya los habrá olvidado… así como ellos.

Aún estamos a tiempo para dejar de ser borregos y convertirnos en pastores. Enseñémosle a nuestros hijos a querer lo nuestro antes de querer lo ajeno.

Primero Cuzco antes que Miami.

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lunes, octubre 30, 2006

"Útero de Marita" Q.D.D.G


cumplen con comunicar a nuestro público lector el sensible fallecimiento de uno de los blogs más populares de nuestro país.


"El Útero de Marita"
Q.D.D.G
(Quedó Debiendo Doce Gallinas)
(04/08/2005 - 29/10/2006)
Acompañamos a los miembros de la blogósfera en su dolor por tan irreparable pérdida.
El sepelio será llevado a cabo en la mente de todos aquellos que lo siguieron fielmente hasta el final.

Regalo inusual para la chica que amo



¡Pues, que es difícil complacer a una mujer! Y más si es su cumpleaños. Este factor de la “sorpresa” es algo que para personas como yo, más frías que un témpano y muy simples de pensamiento, jode como no tienes idea.Yo soy un muchacho de aquellos tiempos en el que una caricia basta. Tu, mas bien, eres más cosmopolita. Estás más dentro de esta maquinaria publicitaria que implícitamente nos ha enseñado a todos a manifestar nuestro cariño con bienes materiales.

Pero no te sientas mal. Es un fenómeno que afecta a muchos. Son los tiempos modernos en que la publicidad nos ha guiado a aceptar como ciertos algunos comportamientos que no son naturales. Ambos hemos sufrido esto. Ves a tus amigas que sus enamorados les regalan rosas, chocolates, las invitan a salir, etc. Nos ves a nosotros y no hacemos eso. Salimos poco y no soy de muchos detalles, por cuestiones que tú ya sabes.Conservo siempre en mi cama esa almohada que hiciste para mí. Cuando te vas de viaje la abrazo, porque lleva tu esencia y todo eso. Cuando tú viajas, yo no te doy nada, porque no tengo nada físico para darte. Al igual que el collage de fotos, las cervezas y los caramelos con trago belgas… en fin… todo.

Escucho tus quejas a veces. Yo prefiero quedarme callado, porque lo que te doy es algo que no puedes ver.


¿Será suficiente si te digo que te amo como no tienes idea? ¿Que eres la #1 en mi anticucho?

Y… ya pues.

Me he queda’o engancha’o.

domingo, octubre 22, 2006

Última cita a las 4 a.m - Parte I

Hace más de diecisiete meses, creo yo, todos los días a las cuatro de la mañana recibía una llamada en mi celular desde Valencia, España, donde vivía hasta hace unos años mi ex de siempre, la Maric. Para mi ella fue una de aquellas muchachas de las cuales uno nunca puede darle la vuelta. Quizá será porque gran parte de mi vida afectiva la pase debajo – o encima o a veces de costado – de ella.

Era una muchacha rara. De las que te enamora mostrándote el escote. Con dos poderosas razones, más efectivas que Figo y Zidane, te iba atrapando en una enredadera de pasión, sexo y puesta-de-cuernos impresionante. Mis amigos me decían que ella era una de esas que necesitabas licencia de conducir para manejarla. Estando con ella me sentía un ciego manejando en la Fórmula 1.

Para ella la conciencia era una voz afónica dentro de su cabeza. Sabía cómo pensábamos los hombres. Olía nuestra infidelidad innata, ese deseo natural de desperdigar nuestra marca genética en cada mujer que pase por nuestra cabeza. Entraba como camión en la vida de uno y usualmente la dejaba echa añicos, con un gran dolor en la espalda y con un par de cuernos en la frente.

Era de alto mantenimiento, ya que no se le podía llevar a cualquier lugar. Conmigo conoció el gusto de la carretilla de dulces con la señora de color teléfono antiguo y la rica salsa. Le gustaba presumir de su belleza. ¡Y vaya que estaba linda! Es de aquellas que se le ven muy bien. Alguno de sus antepasados deben también haber sido de Lorena, Francia, de donde vienen ese tipo de chicas… aunque ellos, creo, hayan venido de los balcanes croatas.

Pasé muchos años con ella. Entre estando y no estando. Entre hostal y su casa… aunque a veces en la mía también, pero sólo cuando mis viejos no estaban… cosa que era casi imposible. Me sacó la vuelta innumerables veces. Yo tampoco me quedé atrás… Pero digamos en esa batalla de sacavuelteros, ella me ganó por 12 a 3. Esos doce fueron los que me enteré… supongo que habrán sido más.

Si pues, fui el cornudo más famoso de la comarca. Casi todos se habían acostado con mi enamorada. Por lo menos, seis de los trece chacales podríamos decir cuántos lunares tenía en su entrepierna.

Respuesta: 3. Si acertaste, estoy seguro que también te has acostado con ella. Fácil forman un club. Les doy una pista: ojos claros, parecidos al azul que hay en el cielo en pleno verano. Cabello rubio cenizo algo despeinado... que a veces cambiaba a rojo, según la temporada. Cara ovalada. Nariz respingada. Ojos pequeños con cejas delgadas. Pómulos finos. Labios delgados. Recontra rufla...

Me acuerdo que la última vez que la escuché fue en la última semana de febrero. Entre sueños, me contaba de su nueva vida, después de haber destrozado mi corazón por enésima vez. Para ese tiempo, yo ya andaba con mis propios planes. Me contaba de su nueva conquista, cuyo nombre ahora no me acuerdo. Ya tenía con él algunos meses.

La conversación sobre nuestras vidas iba de lo más normal. Me reía de cómo ella se las ingeniaba para salirse de la “estúpida monogamia” para convertirse en “una mujer del mundo”, burlándose de sus antepasados evangélicos.

Llegamos al punto en el cual yo tenía que retribuir a la cantidad de información que ella había invertido en mí.

- He encontrado una chica, bien linda – le dije.
- ¿Si? ¿Más linda que yo?
- En realidad, tres. Pero… creo que sí.
- ¿En serio?
- Es mi mejor amiga.

Le cambió la voz en ese momento. Al parecer no me creía.

- ¿No que yo era la primera? – preguntó con un ligero toque celoso.
- Como dice Héctor Lavoe: - poniéndome a tararear – “Todo tiene su final. Pan pan pan paan. Nada dura para siempre”

Me reí de mi estupidez. A ella no le pareció nada gracioso. Para serles sincero, me sentí un poco mal. Pero no mal por que me guste otra. Me sentí mal porque había roto – por fin – ese círculo vicioso que nos unía: Ella se iba con otro y yo la esperaba. Yo me iba con otra, raras veces, y ella me esperaba.

Le comenté que ya había pasado la página. Ya no me sentía mal a ver su foto. Nuestra desquiciada forma de querernos había pasado a ser una anécdota del pasado.

-¿Qué me quieres decir con eso? ¿Que ya no quieres ni siquiera tirar conmigo?

Le dije la frase que es matadora para muchas chicas:

- Siento que, por fin, he llegado a verte como una persona andrógina. Tus encantos ya no me hacen efecto.

Hice una pausa y luego agregué, para redondear la idea:

- Soy inmune a tu veneno.

No encontré respuesta.

- Ñaca, ñaca… Aparte estás muy lejos. No la tengo tan larga.

Balbuceó. Intentó darme una respuesta rápida, pero entendió la indirecta. A mi ya me gustaba otra chica. En realidad tres, pero implícitamente sólo una. Debo admitir que lo hice a propósito, porque esa puerta tenía que cerrarse. Incluso el sexo con ella ya era algo monótono.

- ¿Me extrañas?
- No – le respondía con desdeño.
- Mentiroso.
- Sabes que no soy bueno para esto.

Me daba una vuelta en mi cama, para tener una mejor recepción.

- No sé cómo me podías aguantar – me inquiría extrañada, y haciéndose todos los días como si fuera la primera vez que me lo preguntaba.

Pausa dura en la que podía escuchar su respiración entrecortada, en donde me decía siempre todo. No le di respuesta.

- ¿En verdad ya no me quieres?

Tenía que ser preciso con mis palabras. Si no, ¡la que me esperaba cuando volviera! Ella, a pesar de ser como la gripe – es decir, que a todos los ha revolcado en la cama – era celosa e insegura. Bajo toda esta careta de mujer liberal y desinhibida se escondía una niña que sólo buscaba que la quisieran y que la valoraran. En la cama se sentía querida. Fuera de ella no. Quizá, como me dijo unos día antes que muriera, regresaba a mi porque yo logré pasar más allá del sexo. Fui su amigo…con privilegios.

- Tonta. – le dije - ¿Cómo no te voy a querer, si contigo aprendí a hacerlo?

Ella se rió.

- No hablo solamente del sexo, pervertida.

sábado, octubre 07, 2006

Breve reseña histórica sobre porqué nos peleamos peruanos y chilenos

Siempre en un vecindario existen las típicas viejas locas que sólo viven para joderse la una a la otra. El resto de vecinos viven hasta ya un poco divertidos con las ocurrencias que se les salen en cada una de sus grescas. Algunas veces, incluso, la bulla llega a ser tan grande que involucra al resto del barrio, partiéndolo en dos y generando bandos que apoyan a cada una de estas viejas.

Créanme. No es divertido.

Si lo llevamos a un nivel macro, en nuestro barrio sudamericano, estas viejas seniles que paran chillando por cada ocurrencia de la otra se pueden identificar fácilmente como el Perú y Chile. “Rotos” y “Gallinas” – apodo mal ganado – paran a cada rato peleándose por nimiedades y sobándose por cosas algo importantes.

¿Cómo se llegó a tal odio? Pues, más o menos, así:

Entre Pizarro y Almagro

Esta rivalidad se puede decir que empieza desde el momento que Francisco Pizarro y Diego de Almagro llegaron a estas tierras, dividiéndoselas en Nueva Castilla y Nueva Toledo. Como todos nosotros sabemos, a Almagro le tocó las tierras que iban al sur del Cuzco, tocándole todo lo que es actualmente Arequipa, Tacna, Tucumán, La Paz y Santiago.

En sus exploraciones, para ver con qué podría enriquecerse, lo único que encontró – interesante – fueron el endeble y poco explotado yacimiento de Potosí (que lo pasó de largo durante su viaje por la meseta del Collao) y a los indios mapochos, que no contaban con el grandísimo avance tecnológico, social y económico que sus vecinos del norte, los Incas.

Diego de Almagro se encontró, entonces, con una tierra pobre. Áridos desiertos. Montañas con poca agricultura potencial. Indios intelectualmente inferiores a los incas. Pocos recursos naturales. Muy poca riqueza potencial… ¡cómo no iba a enojarse!

Desde ahí que los españoles que se asentaron en estas tierras crecieron con un gran sentimiento al fastuoso país del norte. Las sucesivas guerras entre almagristas y pizarristas se dieron con la sola consigna de expandir Nueva Toledo hasta, por lo menos a Ica y Cuzco.

Ya “calmado” el virreynato, en el plano político, la región de los mapuches o araucanos dependía directamente de la gobernación del Perú. Con las reformas borbónicas, la Capitanía General de Chile siguió dependiendo del Perú para sus decisiones más importantes.

En el plano económico, siempre existió una gran rivalidad entre el Callao y Valparaíso, como principales puertos del comercio marítimo entre España e Indias, debido a la hegemonía de Lima sobre el resto de las capitales de los nuevos virreinatos.

Emancipación e Independencia

Don José de San Martín, luego de independizar la Argentina, tuvo la gran idea – ahora altamente cuestionable – de lograr el mismo proceso con cada uno de los virreinatos españoles de Sudamérica. El odio hacia los chapetones por parte de los criollos había llegado a tal extremo de quererlos expulsar de estas tierras, ya que ellos se sentían en capacidad de gobernarlas.

Craso error.

San Martín veía que uno de sus grandes enemigos eran las fuerzas realistas que venían desde el Perú a través del altiplano boliviano, por lo que pensó que, para la subsistencia de la Argentina, Perú debería ser independiente.

Primero intentó luchar contra los españoles peruanos en Bolivia, pero olvidó un pequeño detalle: los gauchos eran hombres del plano que se morían al llegar a las montañas altas. Los realistas estaban acostumbrados a ésta y la mayor parte de sus guarniciones militares se encontraban justamente en la región sur…

Viéndose en esta situación, tras dos fallidas expediciones al Alto Perú, San Martín decidió entonces ir por el otro lado. Para independizar al Perú, primero deberían independizar Chile.

Ojo: los peruanos que me leen no se vanaglorien. Nos independizaron para que no jodamos a Argentina. Y los chilenos tampoco se enojen. Los independizaron para que los peruanos no jodan a Argentina. San Martín era un interesado. Nadie es bueno de gratis…

La Confederación Perú-Bolivia

Gracias al baboso y sobón de Sucre, mutilaron el Alto Perú en “honor” al libertador Simón Bolívar y crearon una nueva nación. Diez años después de la retirada de los españoles, otro libertador con visión geopolítica, Santa Cruz, tuvo la genial idea de corregir el gran error de Sucre y reunir el Alto y el Bajo Perú en uno solo.

Aunque, personalmente el nombre estaba incorrecto, era una nación que tenía un potencial económico muy grande.

Esto despertó rápidamente los celos de chilenos y argentinos, porque el rápido crecimiento proyectado de esta nueva nación eclipsaría las suyas; y peruanos, que estaban en desacuerdo con el grandísimo error de subordinar la creciente economía peruana – jeh, es un decir – con el enclenclismo boliviano.

Los chilenos organizaron las “campañas restauradoras” no en defensa de los peruanos, como en el colegio se nos mete en la cabeza. Lo hicieron porque les convenía hacerlo.

La guerra con España

Fue la única vez en la historia del mundo que los países sudamericanos se aliaron en contra de un enemigo común. Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, con apoyos argentinos y colombianos, se enfrentaron contra España, que quería retomar lo que, según ellos, era suyo.

En esta guerra, estas naciones intercambiaron estrategias, planos, comandos conjuntos, etc. Esta información fue luego usada para la gran guerra entre Perú y Chile.

Ineptitudes diplomáticas

Dicen muchos estudiosos que la ineptitud política de nuestros diplomáticos es hereditaria. Alrededor de 1877, Perú firmó un tratado secreto de defensa con Bolivia, pensando que así se salvaría de arrojarla ante las manos de Chile.

Para este tiempo, capitales ingleses estaban pululando en la región peruana de Tarapacá y en la boliviana de Antofagasta. La ausencia del estado boliviano sobre lo que era su mar era increíble. Su ciudad más poblada tenía 800 pescadores como guarnición y todo.

Chile aprovechó que estaban con los pantalones abajo para entrar con todo y subir sus fronteras del paralelo 27 al paralelo 23. Bolivia aceptó hasta el 25 y luego sus enigmáticos diplomáticos aceptaron que sea hasta el 23, como quería Chile, pero que las explotaciones salitreras sean conjuntas desde el 24 y el 25.

Con tanto número, los chilenos la hicieron linda. Habían logrado lo que querían de una nación débil.

¿Y cómo entra Perú en esto? Por una tontería grande.

La mecha política previa.

Antes de la guerra, Perú y Argentina tenían grandes rencillas con los chilenos por su avance económico y la invasión británica que tenían ellos dentro de su estado. Los peruanos temían que Chile avanzara a ocupar Tarapacá, aliándose con Bolivia y los argentinos tenían una disputa por los territorios de la Patagonia.

Buenos Aires estaba muy lejos de Lima para la comunicación militar, pero sus ejércitos eran mucho más modernos. La Paz estaba más cerca, pero su armada era una mierda y su marina eran puros barcos pesqueros. Perú estaba saliendo de la crisis del guano. Bolivia tenía hambrunas tremendas y un presupuesto nacional de 20 mil pesos de plata.

Lo lógico hubiera sido que nos hubiésemos aliado con Argentina. Es más… ¡lo hicimos! Pero el peruano, de por si, es estúpido cuando va ganando.

Bolivia tenía un problema limítrofe con Argentina. Perú ya había negociado con los gauchos para aliarse y esperaban que los boliches se les unieran. Pero ellos, creyéndose la última chupada del mango, dijeron que se aliarían con Chile y atacarían por dos frentes al Perú si Argentina no cediera territorios a ellos.

Los argentinos, sabios, dijeron que se vayan al cacho y elaboraron estrategias para atacar a Bolivia por detrás y enviar su marina a atacar Santiago. Enviaron al Perú la estrategia a seguir e incluso se contactaron con Grecia, Turquía y Rusia para que envíen buques de guerra con tripulación propia.

Perú se ganó su apelativo de “gallinas” aquí. En vez de escuchar a sus pares argentinos, arrugaron y aceptaron el ultimátum boliviano y se aliaron con ellos. Luego, intentaron atraer a Argentina, pero estos no cedieron ante los requerimientos boliches.

Y así fue, más o menos, entre ajos y cebollas, cómo se llegó a la guerra.

Y el resultado de la misma: la completa destrucción de Lima, la pérdida de Tacna y Arica, la hegemonía chilena en esta región del Pacífico es largamente conocida por todos nosotros.

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lunes, octubre 02, 2006

Vargas Llosa y yo

Un delicioso café me acompaña ahora, mientras, por primera vez en tiempo, las eternas amantes se encuentran: mis manos y el teclado. Bueno, aunque últimamente estas necesitan viagra por la falta de productividad (el teclado nunca llega al orgasmo literario) intentaré retomar un poco el por qué relaciono este blog con un vaso medio lleno o vacío.

Yo quiero ser un escritor de altura. Como decía cuando estaba en el colegio y mis amigos me preguntaban sobre lo que quería ser cuando saliera. Siempre les decía lo mismo: “Terminaré el colegio y seré escritor. Haré lo mismo que Vargas Llosa. Me casaré con mi prima, fumaré marihuana, postularé a la presidencia ... y algún día ganaré el Nobel”. Hasta ahora escucho sus risas por la ocurrencia.

Bueno. Tengo 21 y estoy desempleado. Tomo poco pero fumo bastante por el nerviosismo de decir siempre: “la calle está dura y no tengo billete”.

Lo mío con mi prima – por fin – se acabó hace algunos años. Hasta ahora los mismos de siempre, el Polaco y Chicho, me paran jodiendo. Si no es ella, es con la hermana del Mino. ¡Cómo les gusta hacerme renegar, carajo! Por “culpa” de ella, escribí varios poemas y cuentos que me valieron bastante para ser considerado como un buen prospecto de literato. Nótese el tiempo pasado... porque ahora, ya no sé si seré.

Dejé la mala hierba también después de que me expectoraron de las ingenierías. Siendo un miembro de esa tontería, dejé de lado los números para dedicarme a la venta de poemas. No quería ser un científico de once. El escribir siempre me llamaba. Muchos amigos en la actualidad están con sus actuales enamoradas por sus extrañas “habilidades literarias”. Bueno muchachas, ya saben a quien agradecer.

Mi enamorada siempre me jode, diciendo que nunca le escribo nada. Pues, piña. Recuerda que soy un poeta monse: siempre escribo para la persona equivocada y nunca se los entrego. Me da roche.

Pero, en el último mes, en medio de unos tragos, me di cuenta de algo. Siempre que escribo hiero a alguien. La última persona fue una entrañable compañera de la universidad. Bueno... también fueron otros, pero esa era la que más me importaba.

¿Qué hubiera hecho Vargas Llosa? ¿Habrá pedido perdón por haber escrito la Tía Julia, Los Cachorros, u otro cuento en el que ha utilizado parte de su vida?

El deseo de escribir, de poder comunicar sentimientos, deseos, pensamientos u otras expresiones hacia los demás, también trae consigo sus consecuencias. Solo que ... no pensé que estas llegarían tan rápido.

Sería un poco utópico – por no decir cojudo – pensar que todo lo que escriba les gustará a todos. Mi poca, pero valiosa audiencia vasófila es muy variada.

He recibido muchas críticas por “La religión me persigue, pero yo soy más rápido”, “Sexo, no gracias” , “Injurio a Cervantes”, “Indecisiones emblemáticas”, etc. Incluso tuve que quitar “Tan normal y tan extraño” porque el hermano de la chica con quien me basé para escribirlo me contactó para decirme que borrara, en sus palabras, “esa porquería que la hace ver a mi hermana como a una insensible de mierda, cuando tu eras la mierda. Fue tu culpa que la perdiste...”

Joder, hombre. Comentarios similares por los otros posts.

Igual. A mi me llega. Seguiré escribiendo. Lo hago para practicar... para ser mejor.
Si Vargas Llosa no se disculpó, yo tampoco lo haré, al menos que sea necesario. Ambos somos lasallanos. Compartimos casi las misma formación que nos inculcó el mismo profesor. Solo espero no defraudarlo.

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