Pensamientos, poemas y odas para el Día de San Valentín.

La época de la amistad y el amor ya se vive en nuestro ambiente… ¿o debo decir en nuestros medios y televisión?

Si. Más es en nuestros medios. En verdad, ahora vemos en los diarios que se asoman las publicidades de Alicorp, Rosatel y no se qué otras empresas especializadas en este sentimiento del amor. ¿Hasta qué punto es cierto, entonces?

Si bien el 14 de Febrero es conocido como el Día de la Amistad y los Enamorados, mas bien yo lo considero un día tedioso en donde aflora lo cursi debido a la prensa y la publicidad de consumo masivo, donde todo está lleno y se pasa un mal día.

Personalmente, no necesito de un día en todo el año para decirle a mi enamorada lo mucho que la amo. No necesito de un día especial para salir con ella a un lugar decente y “ficho” para divertirnos. Eso lo puedo hacer cualquier día.

No necesito de Cupido ni de Valentín para escribirle un poema ni una canción… ni mucho menos un post, como antes lo hacía.

Lamentablemente, en estos días se piensa más en dónde lo vas a pasar y con quién que en el verdadero sentimiento de la amistad y el amor.

No es necesario salir. Todo va a estar lleno. En la calle se te acercarán un montón de chibolos trabajadores – a los cuales Carmendelly les regala galletas Casino – con rosas arrancadas de los parques y te los venden a precios exorbitantes. Impresionante.

Para mi una rosa no tiene sentido. Es un símbolo del amor, claro está, pero yo prefiero un bien puesto “te quiero” que en una rosa que morirá por inanición en el tiempo. Igual los bombones, que probablemente se irán en grasa a sus muslos, o algo así.

Verán… para mi son cosas importantes, pero secundarias, al tipo que hasta podría ser considerada como algo fútil y fatuo. Lo haces para quedar bien, ya que la sociedad te lo exige. En tu conciencia retumba la voz de tu hermana, madre y amiga: “¡¿No le regalaste nada?! ¡Qué malo eres! ¡Insensible!”. Y eso no es amor, señores.

Una relación de amor, según mi parecer, no se basa en a dónde la llevas, cuánto dinero gastas en ella, cuánto la celas ni en esas cosas. Se trata en el tiempo. Yo llevo tres años con mi enamorada y muchos dicen que la trato mal porque “no la saco al cine, no la saco a comer, no la llamo celándola con cualquier pata”… ¡cojudeces! Yo confío en ella y nuestra relación va excelente a través del tiempo. Nos comprendemos, nos queremos y cada uno tiene su espacio.

Y, aunque muchos no lo crean, yo soy más sensible de lo que ustedes imaginan. Solo que soy… muy… analista.

Este 14 no saldré con ella a lugares fichos. Haremos algo más sencillo y más íntimo.

No… no iremos a un telo, malpensados. Vamos a irnos de picnic.

A mi me toca cocinar.

Ta’ mare.

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