31 de mayo del 2005. Exactamente hace 2006 días.
Justo ese día fue jueves. Un día en el cual no hubo mucho sol. Raro para esa época. Pero, ¿ves cómo me acuerdo? Y siempre me decías que tenía memoria de goldfish. Ni creas. Sólo me acuerdo de las cosas importantes. ¿Por qué crees que me acuerdo de ti hasta ahora?
Increíble que ya haya pasado tanto tiempo.
Tengo en mis manos ahora esa foto que nos tomamos. Tus ojos siguen siendo los mismos. Tus iris siguen siendo profundos. ¿Me pudieras dar permiso de caerme de nuevo... sólo una vez más? Yo me dejo. Caigo como ... como fokker. ¿Te acuerdas?
Igual como en esos tiempos. Lo mismo. Incluso, hasta hoy, tengo la misma cara de imbecil.
Mantengo aún tu promesa. Ritmos tropicales, fuera. No los bailo con otra que no sea contigo. No tomo vino tinto si no es contigo. Acompañado con el rico asado que tu vieja solía hacer. Aunque el puré de la mía era mucho mejor. Hasta ahora te lo debo. Y te lo seguiré debiendo.
La tuya. Pero con cariño.
Dos mil seis días después, me he venido a enterar que andas de vuelta. Tu comitiva me contactó. Ni siquiera la reconocí. Se nota que la has tenido bien alimentada.
Me contó que andas igual. Los años no han pasado con nosotros. Aún te haces un plumero. Yo sigo de negro. Aunque ahora uso lentes ... y tu tienes ojos de muñeca. ¿Qué otra cosa podría ser, mas que sigues siendo la misma posera que eres ahora? ¡Cómo cambias, pelona!
¿Cuándo es nuestra revolución? En mi, ese sentimiento anticapitalista darkpunkeado antisistemático gótico está renaciendo con cada día que se acerca nuestro reencuentro. Y lo haremos todo, menos ... ya tu sabes.
Para ese tiempo yo ya me habré casado, si todo sigue tan bien como está hasta ahora, con la mujer que amo actualmente. Eso si no te lo pude prometer. Sabes que yo, en esas cuestiones, olvido rápido. Tu y la Maric me lo enseñaron. A punta de patadas.
Hablando de eso, gracias por quitarme lo cursi. A la otra ya se lo agradecí también, antes que se fuera a España. ¿Te enteraste? ¡Me invitó a su boda! Iba a ser el padrino, alucina. ¿Yo? ¿Padrino?
Al final, me lo perdí. Me quedé viendo el partido entre Cienciano y River, en el Monumental de Núñez, en diciembre del 2003. Quedó 3 a 3. Cuando llegué al aeropuerto, el Iberia ya había salido.
Hasta acá escucho tu hermosa y estruendosa risa. ¿Ves que sigo siendo el mismo idiota?
Como ves, aún mantengo la cuenta... ya que desde ese día que no he vuelto a oler tu cuello por detrás ... ni tu has escuchado mis tan mentados pensamientos desde el fondo de un vaso.
Faltan otros novecientos noventa y cuatro días.
Sabrás donde encontrarme.
Tu poeta-mercenario.
PD: ¿Por qué te lo publico aquí? He perdido tu dirección. Tu sabrás encontrarme. Recuerda ... soy un elefante en la sabana. Total... encuéntrame cuando cierres los ojos, ya que cuando yo lo hago, escucho tu voz decirme: "Idiota. Hablas tonterías. Pero igual, te quiero".
sábado, setiembre 02, 2006
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